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viernes, 19 de septiembre de 2014

Sin soltarse. Los alumnos como maestros.

¡Sin soltarse!  y durante 20 minutos no se soltaron.  Se desprendieron de lo escuchan y en ocasiones dicen y que inconscientemente crea juicios y formas de pensar y actuar.

 -Si agarras a una mujer de la mano es porque te gusta-
 -No le agarres la mano a él, no seas puto-
 -No dejes que los hombres te toquen, no sabes qué están pensando-

Formamos barreras y nos negamos al contacto físico, porque no es mi amigo, porque no lo conozco, porque es hombre, porque es mujer, porque bla bla blá.

En este año me he dado cuenta de que el proceso de aprendizaje-enseñanza no es nada sin el desarrollo emocional y social de las personas y si no somos capaces de interactuar con las personas que nos rodean será mucho más complicado reconocernos como parte de un grupo y como individuos. 
Y para fomentar la interacción y romper las barreras entre mis alumnos y yo, decidí hacer rapid prototyping y probar algunas estrategias de participación social adaptadas al aula; la planificación de las clases dejó de ser una práctica reflexiva y solitaria y se convirtió en una aventura en colectivo. Empecé preguntándome ¿Qué quiero lograr en esta clase? pero con el tiempo Bum! el plan de estudios se convirtió en un pretexto, sabía que se podía hacer, admiraba ciegamente a Lala (mi roommate) por hacerlo con sus estudiantes pero no tenía idea cómo implentarlo en mis clases. La  pregunta ha cambiado a ¿Cómo me gustaría que mis alumnos se sientan al final de la clase? ¿Qué me gustaría que mis alumnos cuestionaran en esta clase? ¿Qué herramientas quiero darles en esta clase? y la única forma de poder contestar estas preguntas es involucrándolos, pensando en sus aspiraciones, en su comunidad, su familia, en la escuela. 

Les cuento lo que ha sucedido.

Estrategia 1. Salto de fe
Con este grupo sólo tengo dos clases, Inglés y Educación Física, lo que me permite compartir 6hrs a la semana con ellos.
¿Cómo lograr que en 78 horas (sin contar los asuetos) los chamacos terminen el semestre felices, llenos de curiosidad y con herramientas que les permitan tener un buen desempeño académico? Para poder contestar esta pregunta retomé lecturas de mis clases de Diseño Sistémico, la que más me gusta es Leverage Points: Places to Intervene in a System de Donella Meadows. 
Meadows dice que la mejor manera de cambiar un sistema es romper los paradigmas, cambiar las reglas, alterar la estructura y la cultura; aunque es lo más difícil es lo que genera más impacto.

El salto de fe de esta semana fue cambiar las reglas y alterar la estructura.
Formamos 3 equipos de 6 personas, cada equipo planeará e impartirá una clase de Educación Física, así que ahora soy una alumna más.

Clase 1. Equipo 1
15 min de calentamiento 
5 min Nos hablaron de las actividadas y los objetivos. Comunicación e Integración
30 min. 3 dinámicas de activación física, contacto físico y comunicación grupal y entre pares.

Resultado.
Me sorprendió muchísimo lo preparados que estaban.
Fue la clase más divertida que hemos tenido.
Todos los alumnos participaron activamente.
Alumnos que en el día al día no son participativos y huyen del protagonismo, destacaron al planear y dirigir actividades
No se negaron al contacto físico

Conclusiones.
La confianza en los alumnos, les dio seguridad.
Enfrentaron miedos y los compartieron con sus compañeros
Hicieron suya la clase
Se dieron cuenta de que ellos también pueden liderar y dirigir una clase.

De ahora en adelante iremos sin soltarnos y procurando el aprendizaje invisible





Fotos de la dinámica "Sin soltarse", jugamos Fútbol en pares. 

domingo, 9 de febrero de 2014

LIDERAZGO, EL PODER DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.


El psicólogo Daniel Goleman tiene más de 20 años investigando y haciendo aportaciones sobre el impacto positivo de la inteligencia emocional en relación con la excelencia personal y organizacional, en el libro que se enuncia en el título de esta opinión aterriza conceptos como “coeficiente intelectual colectivo” haciendo referencia a la suma total de capacidades, potencialidades y aptitudes de todas las personas que colaboran para llegar a un fin común, específicamente a la forma en que los esfuerzos colectivos se suman e interactúan logrando armonía interpersonal.
Para potenciar el coeficiente intelectual colectivo es indispensable que todas las personas que interactúan tengan desarrolladas las siguientes características: el trabajo en equipo, la comunicación asertiva, la cooperación y la atención a las necesidades de los demás, éstas corresponden a lo que se denomina inteligencia social la cual en el aspecto educativo se debe desarrollar en la misma magnitud tanto en el educando como en el educador.
Al conversar con mis alumnos sobre su rendimiento escolar, intentando que hagan una auto-evaluación continua para que detecten cual es la principal dificultad que enfrentan para lograr optimizar su rendimiento me entere que desconocen el resultado de su primer y segunda evaluación parcial, porque estos resultados solo se les dan a conocer a los padres de familia, entonces enfrentamos una dificultad institucional pues los principales actores de este proceso educativo no conocen a ciencia cierta el resultado de su desempeño, esto me llevó a plantearme la siguiente pregunta:
 ¿Cómo podemos contribuir los maestros de grupo para que nuestros alumnos desarrollen al máximo su inteligencia emocional?
Y es aquí donde las aportaciones de Goleman nos dan interesantes respuestas, para comenzar el autor hace referencia a “mandar con corazón” haciendo alusión a que debemos estar en sintonía con los sentimientos de las personas con las que tratamos, debemos ser capaces de manejar las diferencias de opinión, saber expresarnos, pues dependiendo de la forma en que les informemos de sus logros y dificultades dependerá si reorientan su esfuerzo, para lograr mejores resultados podemos dar más críticas buenas y menos malas en tiempo, es decir en cuanto apreciamos tanto lo positivo como lo negativo.
Al hacer referencia a un hecho especifico se debe considerar centrar  toda nuestra atención en lo que nuestro alumno puede hacer y no solamente en lo que ya hizo y nunca atribuir las malas acciones a un rasgo de su personalidad (evitar etiquetarlo), se debe ser concreto, especificar que hace bien, que hace mal pero también como lo puede mejorar (es sumamente importante plantear un posible solución), estas conversaciones siempre deben realizarse personalmente y en privado, procurando en todo momento usar la empatía.
Los maestros debemos perseguir que nuestros alumnos desarrollen al máximo su inteligencia emocional como factor que les permitirá mejorar sus aprendizajes no solo en la educación formal si no en la social.

BIBLIOGRAFÍA

Goleman, Daniel “La inteligencia Emocional” Editorial Vergara, Buenos Aires.2003.