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lunes, 3 de marzo de 2014

México para los Mexicanos

Hace algunos días en la clase de Filosofía estábamos viendo el tema: ¿Qué es ser mexicano? Desde mi punto de vista, esta pregunta hace referencia a un artículo que leí hace algunos días titulado “100 impresiones de un estudiante brasileño de periodismo acerca de México” (Covas). Cuando leí este artículo me di cuenta que hay tantas cuestiones culturales y lingüísticas de los mexicanos que nos diferencian de otros países y de las cuales no somos conscientes (o al menos no todos somos conscientes de esto). En este artículo, alguien extranjero habla de aspectos  de los mexicanos. Pero, ¿qué piensa un mexicano de sí mismo? Decidí hacer esta pregunta a mis alumnos. Lo que más me llamó la atención es la visión que tenemos acerca de nuestra nacionalidad. La mayoría de mis estudiantes coincidieron en varios aspectos.  Tenían que dibujar lo que para ellos es ser mexicano (anexo imágenes) y estos fueron los resultados:

1) Como se observa en las imágenes, una constante fue la muerte, pues aunque en otros países podría tener un aspecto negativo, para muchos  mexicanos es algo a lo que no se le teme. Vemos la muerte como algo tan natural, un proceso que tiene que suceder.
2) Otro aspecto significativo es nuestra “deliciosa” comida. Y no sólo me refiero a los platillos típicos, sino a esas ricas tortillas calientes con una pizca de sal.  Eso que nos hace sentir parte de México. Posiblemente un mexicano entienda que “sin picante la comida no sabe”.

3) Acerca de nuestra vestimenta, vi que mis alumnos dibujaron sombreros y yo les pregunté ¿Qué piensan si les digo que la mayor parte de los mexicanos no usamos sombrero, pero extranjeros ven un sombrero y lo relacionan con México? Me dio gusto escuchar: Nosotros no, pero muchas personas si los usan y en algún momento como en las guerras también se usaron. Me alegra que sean conscientes no sólo de ellos, sino también de nuestros antecesores.

4) Tristemente para mí,  otro aspecto que mis alumnos ven significativo en nosotros como mexicanos, son las drogas, la marihuana en especial. Ellos tienen tanto contacto con esta droga que es muy fácil que hablen sobre ello. Algunos piensan en drogas como un momento para relajarse y otros en un trabajo al que podrían o pueden dedicarse.

5) Además, uno de los dibujos comunes fueron las armas, representando la lucha que los mexicanos han pasado y en la actualidad siguen pasando. Muchos de mis alumnos enfrentan luchas que van más allá de las armas.




Sé que la gente siempre ve lo que quiere ver. Muchos ven sólo aspectos negativos de México y algunos otros ven muchas cosas buenas. Yo sólo sé que México es el país donde nací, que México cuenta con lugares tan maravillosos que te dejan deslumbrado, que nos hace falta apoyarnos como sociedad, que podemos llegar muy lejos todos juntos, y  en definitiva ¡CÓMO MÉXICO NO HAY DOS!































Link “100 impresiones de un estudiante brasileño de periodismo acerca de México”  http://www.viniciuscovas.com/2014/01/100-impresiones-de-un-estudiante-de.html

domingo, 19 de enero de 2014

De las risas al desencanto



S
ánchez Andraka, Juan. Un Mexicano Más. Primera edición 1966. 47a Edición impresa en México. 98 pp.


Juan Sánchez Andraca escritor, investigador, periodista y político mexicano, originario de Guerrero y ferviente amante de su tierra, publica su obra Un Mexicano Más, en 1966, siendo ésta una hilarante crítica a la idiosincrasia mexicana.

En Un mexicano más, Sánchez Andraca usa la narrativa para darle vida a Antonio Mendoza, un estudiante de 16 años. Lo que nos cuenta Toño es la transición por la escuela secundaria, un reflejo del contexto histórico, político y económico de México en la década de 1960, del déficit en los niveles educativos y de las carencias sociales.

Las primeras páginas de Un mexicano Más, me inundaron de risas y reflexiones, no sólo por lo campechano que escribe Sánchez Andraca, también porque me identifiqué en esos años de secundaria, los exámenes sin rigor, los profesores de historia que no saben historia y esas críticas de inconformidad; porque en Antonio Mendoza reconocí a muchos de mis alumnos y situaciones a las que están expuestos, situaciones que amoldan y definen. Desafortunadamente el pensamiento de los jóvenes provincianos, y más de aquellos en las comunidades rurales, no es muy diferente a la visión de Toño.

Si ubicamos la historia en una línea del tiempo, pareciese que es el actual panorama, sólo cambian los matices y los actores pero es el mismo hecho, la “educación”, sus padres, sus profesores  y todo su medio, lo transforma; lo inunda de machismo, conformismo, antivalores, de aspiraciones banales, falsas ilusiones y la cultura del México corrupto y le arrebata aquello que en las primeras páginas manifiesta, el sentido crítico de cada situación, la conciencia hacia los demás y hacia sí mismo, el amor por los suyos (que son todos), la honestidad y la inocencia. Toño se perdió en las masas y entre los del poder, perdió lo que era por buscar lo que querían, dejó de ser él para ser con y para ellos.

Antonio Mendoza al final, sólo es un mexicano más. Un mexicano más que me dejó desencantada, las risas del principio se convirtieron en un sabor amargo, se convirtieron en coraje al darme cuenta que así es México, surreal, con buenas intenciones y nada de acciones, lleno de críticos pero hundido en el ayer. Toño me hizo pensar en las intenciones de Andraca al retratar al mexicano y lo que el lector podría hacer con esto, más allá de ser un mexicano más.


DI Alejandra Rubio López
Interesada en la innovación social 
a través del diseño y la educación.

@rubioandra

lunes, 9 de diciembre de 2013

La poción mágica

Pienso en el maestro ideal, el soñado, el que necesitamos, el maestro que muy pocos son/somos. Freire habla de que este maestro ideal debe ser:

Humilde. Regirse por la valentía, la confianza en sí mismo y en los demás.

Una frase que rescato de esta parte y con la que podría resumirla es "Todos sabemos algo, todos ignoramos algo". Ser un maestro humilde es ser una persona siempre dispuesta a aprender y a enseñar.

Amoroso. Tener amor a los alumnos y al proceso de enseñar y entregarse a su trabajo con ese amor armado (un amor luchador de quien se afirma en el derecho o en el deber de tener el derecho de luchar, de denunciar, de anunciar).

Valiente. Sabe gobernar y educar el miedo. Provoca críticamente la consciencia del alumno. Aprende y enseña a superar el miedo con tácticas que disminuyan los riegos que provocan el miedo.

Tolerante. Convive con lo que es diferente, desde el respeto, la disciplina y la ética.

Seguro. Freire menciona que decidir significa romper para optar y desde este punto de partida el maestro y el alumno pueden adueñarse de competencias científicas, claridad política e integridad ética, que los arman de seguridad. 

Alegre. Por último, tener la alegría de vivir, fomentar y luchar por una escuela alegre, que contagie ganas de ser y estar.

¿Por qué como PEMs debemos buscar fortalecer estos 6 pilares?
Aunque la mayoría de nosotros no tenemos formación docente, compartimos ese pensamiento idealista "quiero cambiar ______". Queremos cambiar algo, cada uno tiene su historia, sus metas y motivaciones pero coincidimos en que podremos cambiar ese algo comenzando aquí, en un salón de clases. 

En la Quinta Carta Freire dice que:

       "No basta querer para cambiar el mundo. Querer es fundamental pero no es          suficiente. También es preciso saber querer, aprender a saber querer, lo que implica aprender a saber luchar políticamente con tácticas adecuadas y coherentes con nuestros sueños estratégicos" 

Educarnos como un maestro ideal nos ayudará a lograr ese cambio que buscamos, debemos ser las personas que queremos que nuestros alumnos/hijos/hermanos sean. Cada quien tiene el poder de crear la fórmula para esta poción mágica. 

domingo, 17 de noviembre de 2013

Gente común haciendo cosas extraordinarias

Referente a la Tercera Carta, donde Freire habla de la valoración de la práctica educativa, se me quedó esta frase y con la que inicio la reflexión sobre el tema. 

Gente heróica, generosa, amorosa, inteligente pero despreciada por las oligarquías nacionales.(pág. 55) Esto me hace pensar en la labor de los PEMs (Profesional Enseña por Méxicoen la Sierra Norte y en todos aquellos docentes que se encuentran en las áreas con mayor rezago económico y social, donde no tienen las ventajas de contar con infraestructura adecuada, material didáctico, aulas digitales, bibliotecas, luz y agua, baños, mobiliario, en fin... donde se deben de valer de sus propios recursos para guiar a los alumnos por y hacia el aprendizaje. Timothy Mo escribe en The Redundancy of Courage que no hay tal cosa como un héroe, sólo gente común a la que le piden hacer cosas extraordinarias en circunstancias terribles, y las hacen. 

Debemos respeto y admiración a todos los docentes que por convicción y con determinación están en las aulas y a todos aquellos laborando para que puedan llevar su tarea acabo. Digo debemos respeto porque es una cuestión cultural, con el tiempo se ha ido desprestigiando la práctica educativa, como menciona Freire para muchos de los que se encuentran formándose como docentes es una práctica "mientras me caso" o "es que no entré donde quería, me quedó esto". 
Y desde ese momento, antes de que los formadores entren al aula, hacemos menos la profesión educadora, una de las más criticadas y menos valoradas en México, y en este momento donde la Reforma es un parteaguas en el sistema educativo, debemos aprender sobre la relevancia de este tema que no sólo es educativo, sino político y social. Si como sociedad tratamos con dignidad a los docentes, podremos entonces esperar y exigir eficiencia y educación de calidad.

México busca adoptar algunas prácticas que han llevado a países como Finlandia, Singapur y Taiwán a estar en los primeros lugares en nivel de educación y donde la docencia es de las profesiones más admiradas y mejor pagadas. Les dejo algunos blogs y portales de educación donde se trata este tema.  
Gigantes de la Educación.
Elige educar

Además de estar dentro del aula generando un cambio transformacional, como PEMs también debemos, desde las escuelas, hacer conscientes a padres de familia, alumnos y a los mismos docentes y directivos del valor de la práctica educativa, pues tiene un impacto trascendente en la formación de las personas. 


lunes, 11 de noviembre de 2013

El querer bien

Reflexionar acerca de una palabra o un objeto como dice Paulo Freire en la primera parte de su libro “Cartas a quien pretende enseñar” debe ser un proceso integrado y complementario,  reflexionar se basa en pensar, leer y escribir y lo describe como una relación íntima e inquebrantable.

Los fundamentos de Freire en esta parte son:
  • ·         No se puede pensar sin escribir ni leer
  • ·         No se puede escribir sin pensar
  • ·         No se debe leer la palabra sin leer el mundo.

Practicando los fundamentos de Freire (pensar, leer, escribir) reflexiono sobre la importancia de la lectura y escritura como pilares fundamentales dentro del aula.
Hablaré un poco del amor, del amor como práctica consciente, de la calidad y disfrute de las actividades diarias, amor a lo que nos rodea, a nosotros mismos. Seguro se preguntarán ¿Por qué amor?

Es imposible enseñar sin ese coraje del querer bien, sin la valentía de los que insisten mil veces antes de desistir.
Freire
La preparación afectiva es fundamental cuando se es educador, así como la preparación científica, física y emocional. Desde el amor es donde el maestro se convierte en aprendiz, y es ahí donde nace el gusto por la libertad, el riesgo de crear y el rechazo a la ignorancia, el carácter y el hambre de conocimiento.   El maestro se transforma entonces en un ciudadano crítico, consciente plenamente de su aula, de sus alumnos, del contexto y del sistema complejo del que todos somos parte, sabe cómo funcionan cada una de esas unidades interconectadas y del papel que tiene él como otra unidad, ni más ni menos importante, se llena de responsabilidad social y política.

Después de la transformación,  ahora que es plenamente consciente y crítico, es hora de guiar a los alumnos por una práctica efectiva de la lecto-escritura, enseñarles a leer el mundo, a poder interpretar las palabras, como dice Alex Grijelmo en su libro La seducción de las palabras, a descubrir las historias que han escrito las palabras.

 Imagino la lectura como el catalizador en nuestra mente, si  le ponemos una gota provocaremos una reacción entre lo que decimos, escribimos y lo que pensamos. Pero si sólo ponemos ahí los ingredientes sin provocarles nada, sin hacer que tengan uno de estos colapsos mentales en los que la lectura origina un sinfín de pensamientos, de relaciones entre lecturas y lo más importante, ¡provoca curiosidad!  Si los dejamos ahí como elementos independientes, no pasará nada, llenaremos sus mentes de basura. Esta relación (pensar,  leer, escribir) de la que Freire habla  sin cansancio abre puertas que creíamos inexistentes, puertas que transformarán  a nuestros alumnos, su forma de pensar, de aprender, de conocer, de leer, de escribir, de estudiar,  y sobre todo transformarán su realidad.   

Todos, morenos, rubios, altos, bajos, gordos,  flacos, maestros o no maestros, habitantes de áreas urbanas o de la Sierra Nororiental de Puebla, TODOS en palabras de Freire “tenemos el derecho y deber de luchar por el derecho de ser nosotros mismos, a optar, a decidir, a desocultar verdades”.
Seamos el  Yoda de los alumnos y  pongámonos a leer.


Nota al lector.
Leí y recordé lecturas, historias, autores, anécdotas… tuve un colapso  mental.

En este momento entiendo la intención de Saúl, nuestro Yoda, -lean y escriban-. Hoy dejó de ser una obligación, regresó el placer de hacerlo y ahora de enseñarlo.