martes, 23 de diciembre de 2014

El lamento de un matemático

El lamento de un matemático (Fragmento)
by Paul Lockhart
Un músico se despierta de una terrible pesadilla. En su sueño se encuentra en una sociedad donde la educación musical ha sido declarada obligatoria. “Estamos ayudando a nuestros estudiantes a ser más competitivos en un mundo cada vez más repleto de sonidos”. Educadores, sistemas escolares y el estado mismo se disponen a comandar este proyecto vital. Se encargan estudios, se forman comités, se toman decisiones —todo sin la participación o el asesoramiento de un sólo compositor o músico profesional.

   Ya que los músicos son conocidos por anotar sus ideas en forma de partituras, estos extraños puntos negros y rayas deben constituir el “lenguaje de la música”. Es por tanto imperativo que los estudiantes adquieran fluidez en este lenguaje si deben alcanzar algún grado de competencia musical; así, sería ridículo esperar de un niño que cantara una canción o tocara un instrumento sin tener los adecuados fundamentos en teoría y notación musical. Tocar y escuchar música, por no hablar de componer una pieza original, son consideradas cuestiones avanzadas, propias de los estudios universitarios, incluso dignas de un programa de postgrado.

   Por lo que respecta a la escuela primaria y secundaria, su misión es preparar a los estudiantes para el uso de este lenguaje —manipulando símbolos de acuerdo con una serie fija de reglas: “La clase de música es donde sacamos nuestro papel pautado, nuestro profesor escribe varias notas en la pizarra y nosotros las copiamos, o las transponemos a una tonalidad distinta. Tenemos que asegurarnos de que las claves y las armaduras sean correctas, y el profesor se fija mucho en que rellenemos bien de negro los óvalos de las negras. Una vez salió un problema con una escala cromática y lo hice bien, pero el profesor me puso un cero por haber dibujado las plicas al revés.” 

   En su sabiduría, los educadores pronto se dan cuenta de que incluso niños muy jóvenes pueden recibir este tipo de instrucción musical. De hecho se considera algo vergonzante si tu hijo de tercero de primaria no ha memorizado por completo el círculo de quintas. “Tendré que llevar a mi hijo a un profesor particular. Los deberes de música le resbalan por completo. Dice que son aburridos. Lo único que hace es sentarse junto a la ventana y tararear canciones tontas mientras mira a las musarañas”.

   En los cursos superiores la presión comienza a aumentar de veras. Después de todo, los estudiantes deben estar preparados para las pruebas de nivel y los exámenes de admisión de las universidades. Hay que apuntarse a cursos sobre escalas, modalidades, compases, armonía y contrapunto. “Tienen mucha materia por aprender, pero más tarde, en la universidad, cuando lleguen a escuchar finalmente todo esto, apreciarán el trabajo que hicieron en el instituto.” Por supuesto, no hay tantos alumnos matriculados en estudios universitarios de música, de modo que sólo unos pocos llegarán a escuchar los sonidos que representan los óvalos negros en los pentagramas. De cualquier modo, es importante que cada ciudadano sea capaz de reconocer una modulación o una fuga, independientemente de si llegan a escucharlos alguna vez. “A decir verdad, la mayor parte de los estudiantes son bastante malos en música. Se aburren en clase, lo llevan todo
cogido con alfileres y sus deberes son apenas legibles. A la mayor parte de ellos les importa un pimiento lo importante que es la música en el mundo de hoy; tan sólo aspiran a pasar por el mínimo número posible de cursos de música, tan rápido como sea posible. Supongo que hay gente con dotes musicales y gente sin oído. Una vez tuve una alumna… Ella sí que era buena. Sus partituras eran impecables —cada nota en su sitio, caligrafía perfecta, sostenidos, bemoles… simplemente precioso. Algún día será una gran músico.”

   Despertándose entre sudores fríos, el músico se da cuenta de que, gracias sean dadas, todo era un sueño alocado. “¡Por supuesto!”, se reafirma, “ninguna sociedad reduciría un arte tan hermoso y cargado de sentido a un estado tan automático y trivial; ninguna cultura sería tan cruel con sus hijos como para arrebatarles un medio de expresión humana tan natural y satisfactorio. ¡Qué absurdo!” 
 Mientras, al otro lado de la ciudad, un pintor acaba de despertar de una pesadilla similar… 

Me sorprendí al encontrarme en un aula normal —sin caballetes, sin tubos de pintura. “De hecho, no empezamos a aplicar pintura hasta el instituto”, me informaron los alumnos. “En séptimo se dan los colores y sus aplicadores, y poco más”. Me mostraron una ficha. En un lado había muestras de color, con espacios en blanco junto a ellas. Eran para escribir sus nombres. “Me gusta pintar”, dijo una de las chicas, “me dicen qué tengo que hacer, y yo lo hago. ¡Es fácil!” Después de clase hablé con el profesor. “¿Así que sus estudiantes no pintan?”, pregunté.

“Bueno, el año que viene tendrán Pre-Colorear con Números. Eso los preparará para los cursos de Colorear con Números del bachillerato. Usarán lo que han aprendido aquí para aplicarlo a situaciones de pintado de la vida real —mojar la brocha en pintura, limpiarla, cosas así. Por supuesto, hacemos seguimiento de los estudiantes por sus capacidades. Los pintores realmente buenos —los que conocen los colores y los pinceles del derecho y del revés— llegan a pintar de verdad un poco antes, y algunos de ellos toman clases avanzadas que les vendrán muy bien en el currículo para el acceso a la universidad. Pero nuestra labor principal es darles a los chicos una buena base en pintura, de forma que cuando estén ahí fuera, en el mundo real, y tengan que pintar su cocina no la fastidien por completo.”

“Eh, esas clases de bachillerato que ha mencionado…”

“¿Las de Colorear con Números? Últimamente se apuntan más alumnos. Creo que se debe a que los padres quieren que sus hijos consigan entrar en una buena universidad. Nada queda mejor que una referencia a Colorear con Números Avanzado en un certificado de notas de bachillerato.”

“¿Por qué les importa a las universidades que puedas rellenar dibujos numerados con los colores que correspondan?”

“Bien, ya sabes, demuestra el pensamiento lógico. Y, por supuesto, si un alumno está pensando en especializarse en alguna de las ciencias visuales, como moda o decoración de interiores, entonces es una buenísima idea haber pasado por todos esos cursos de coloreado en el instituto.”

“Ya veo. ¿Y en qué momento pueden los alumnos pintar libremente, en un lienzo vacío?”

“¡Me recuerda usted a uno de mis profesores! Siempre estaba dándole a lo de la expresión personal, los sentimientos y todo eso —muy sui generis y abstracto. Yo mismo tengo la titulación de Pintura, pero no he tenido que trabajar mucho con lienzos en blanco. Simplemente uso los kits de colorear por números que dan en la escuela.”

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Lamentablemente, la educación matemática en la actualidad se corresponde precisamente con estas pesadillas. De hecho, si tuviera que diseñar un mecanismo con el propósito expreso de destruir la curiosidad natural de los niños y su gusto por la creación de patrones, quizá no haría tan  buen trabajo como el que se está haciendo —me faltaría la imaginación necesaria para dar con el tipo de ideas alienantes y sin sentido que constituyen el currículo contemporáneo en matemáticas.

Todo el mundo sabe que hay algo mal. Los políticos dicen “necesitamos más nivel”. Las escuelas, por su parte, “necesitamos más inversiones y equipamiento”. Los pedagogos dicen una cosa y los profesores otra. Todos están equivocados. Los únicos que entienden de verdad qué es lo que está pasando son precisamente aquellos a los que se culpa con más frecuencia y a los que menos se escucha: los alumnos. Dicen “la clase de matemáticas es estúpida y aburrida”. Y tienen razón.

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El texto anterior, como se menciona, es un fragmento de un ensayo acerca de la filosofía y la pedagogía de las matemáticas. En él se mencionan varios de los aspectos con los que, seguramente muchos, nos identificamos al estar aprendiendo matemáticas.  Si bien pareciera ser una crítica, esto es, como su título lo dice, un lamento. Tampoco se proponen las soluciones a los problemas que se manejan, pero no por ello éstos dejan de existir.

En verdad los invito a leer el ensayo completo y a reflexionar un poco acerca del mismo y, de esta forma, proponer una forma  de mostrar los contenidos a nuestros estudiantes de una mejor manera.


Gracias por su lectura. ¡Felices fiestas!

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Última Rosa y Última Espina Del Año

Hola, buenas tardes...

Lo que escribiré será muy breve.

Mi rosa de este mes ha sido la convivencia dentro del salón de clases, se logró mejorar en casi un 90%, al mismo tiempo, ya daremos clases en los demás salones pues hace una semana se incorporó el nuevo profesor, así que, la escuela ya tiene a sus tres profesores y a dos PEM's, tenemos muchas ganas de iniciar el siguiente bloque :)

Mi espina es que no hubo una buena colaboración entre profesores, en lugar de convivir todos en una comida, cada uno quiso hacerlo en su salón, de manera individual... Pero no importa, al final conseguí que se hicieran retas de futbol para convivir con todos los alumnos, :)

Por mi parte es todo por este año, no siempre es teoría y clases... A veces, como hoy, el hacer un convivio con los alumnos es relajante para ellos y, para nosotros, es una oportunidad de acercarnos con los alumnos desde otro ángulo :)

Que pasen una feliz navidad y un próspero año nuevo.

Nos leemos en Enero... =D

lunes, 1 de diciembre de 2014

Participaciones

Participaciones
Rancho Nuevo, Xiutetelco

En el grupo que atiendo en esta comunidad la participación se volvió un problema porque aunque existían los turnos no se respetaban y cuando lanzabas una pregunta a una persona especifica otro daba la respuesta, así que esta situación me llevo a idear una estrategia con la que se pudiera tener mayor control de esto.

Esta estrategia consiste en tener un control en la mano y explicas a los alumnos que cuando dices apagado, ellos no pueden hablar a menos de que enciendas a uno de ellos.
Esto me ha funcionado porque ya tengo mayor control y respeto por las participaciones del grupo.
También he desarrollado otras formas para tomar la participación como palitos de colores, ruleta con nombres, preguntar una letra del abecedario y partir de esa letra, etc.

Buzón de elogios

Compartiré mi ROSA...

Cuando me incorporé a la Telesecundaria, había una muy mala relación entre los alumnos de los tres grados (1°, 2° y 3°), ninguno quería trabajar con otro grupo.

Aunque busqué el motivo por el cuál existía esta negativa, me di a la tarea de crear el Buzón de Elogios. Muchos recordarán esta actividad desde el InVe, esta actividad la trabajé solo en el grupo de tercero, entre los alumnos se dió un ambiente más tranquilo, ya que, lo ocupan para elogiar el trabajo de sus compañeros, la dinámica era la siguiente:

1.- El que tuviera algún elogio lo pegaba en el Muro de Elogios al final del día.
2.- Nadie podía ver el elogio de los demás, esto generaba curiosidad para asisitir primero al salón al siguiente día.
3.- Posteriormente, a la primera hora del siguiente día, se leían en voz alta y se entregaban los elogios a la persona mencionada en él.

Lo interesante fue que ellos mismos no se los quedaban, decidieron que se quedaran pegados para que todos pudieran ver sus elogios, esto ocasionó que se sintieran motivados y alegres, dejando a un lado sus problemas, sintiéndose satisfechos por su trabajo, sin dejar de seguir mejorando.

Por esta misma razón, el Buzón de Elogios, trata de seguir una dinámica parecida, la cual es:

1.- El Buzón se encuentra en un sitio estratégico para que todos puedan verlo e ingresar su elogio.
2.- El Buzón está colocado de Lunes a Jueves de 8 am a 2 pm.
3.- Serán elogiados todos los grupos, maestros, cocina, no sólo es para un grupo, es para toda la escuela, los elogios son de trabajo, felicitación por su desempeño, etc.
4.- El Viernes a la hora de la comida (11 am) los elogios son sacados y leidos por mi, delante de todos en el comedor, al mismo tiempo, se van entregando a las personas correspondientes.

El objetivo de esto es crear un ambiente favorable, donde los demás puedan ver el trabajo realizado de sus compañeros, sintiéndose comprometidos consigo mismos de trabajar mucho más; cabe mencionar que, se ha mejorado y se han elogiado entre los tres grupos, se ha creado un ambiente de compañerismo, de emoción, de motivación para seguir mejorando.

La ESPINA es que costó trabajo que todos lo hicieran bien, algunos ponían "cartitas", otros no eran elogios, pero se ha hecho un esfuerzo para que todo mejore, como muestra la imagen que colocaré, se logró una efectividad enorme, de una escuela donde hay 40 alumnos, se encontraron 72 elogios, solo 15 no fueron elogios, pero se esta mejorando día a día.

Me alegra decir que, esta dinámica junto con otras, ha fortalecido el trabajo colaborativo y unificado, ahora ya no les molesta trabajar con otros alumnos y, por ende, se ha creado una mejor relación entre ellos.




Saludos :)

¿?

Hace un par de semanas surgió la propuesta por parte de mis niños de hacer un video en inglés, empezando por un par de cosas sencillas: Su nombre y su sueño (como se ven en un par de años). Dando continuación a este proyecto, se generan varias pláticas al finalizar la escuela. De ellas surge la invitación por parte de ellos para visitar el río de la comunidad y el "Pico de águila" (uno de los cerros más altos de los alrededores). La visita se fijó para el sábado pasado a las 10am. Ésta me serviría para conocer un poco más la comunidad y para agregar un par de escenas al video.
  

   El día de la visita llegó y en punto de las 10hrs estaba yo esperando a mis niños en el punto de reunión. El cielo estaba despejado y el sol iluminaba el día como en pocas ocasiones. Después de unos minutos, empezaron a llegar mis estudiantes. A las diez con veinte minutos éramos un equipo de 5 y decidimos partir hacia el río. La primera parte del trayecto la pasamos sin contratiempos (fueron alrededor de 5 minutos, tal vez menos). La siguiente etapa empezó con una pregunta: "¿Por dónde quiere ir? Hay dos caminos". Me limité a expresar mi confianza en ellos para elegir el más adecuado... Continuamos avanzando un par de minutos más y fue entonces que llegamos a una especie de escalera. El suelo estaba húmedo por las lluvias de los días anteriores y, en consecuencia, resbaloso. Por lo cual, para bajar había que hacer uso de ramas, hierbas y todo aquello de lo cual pudieramos apoyarnos. Además, de unos reflejos felinos. Una vez que bajamos la pendiente, caminamos un poco más hasta llegar a la primera fosa de agua.


Cruzamos por primera vez el río para continuar nuestro camino y así llegar a una de las cascadas. A los pocos metros empezó de nuevo el modo extremo. Y es que para poder tomar la vereda que nos llevaba a la cascada, tuvimos que trepar una malla al estilo del hombre araña. A medida que continuabamos avanzando, la vereda por la que caminabamos se asemejaba cada vez menos a una vereda. El suelo se cubría con más hierbas a cada paso y era más difícil tener los pies plantados en él. En más de una ocasión avancé involuntariamente por la ausencia de fricción entre mis zapatos y el piso. Unos minutos más adelante, llegamos a otra parte plana del trayecto.


Metros más adelante, volvimos a cruzar el río. Otra vez nos encontrabamos con el mismo dilema, cuál de dos caminos tomar.

Finalmente decidimos continuar por el camino en el cual nos encontrabamos. Avanzamoz varios minutos más y otra vez tuvimos que cruzar el río, ésta vez por una parte donde el agua es más profunda y dónde no había otra forma de pasar que usar las piedras del río. Fue entonces que, mientras cruzaba yo el río resbalé  en una de las piedras y caí al agua. El saldo de la caída fue un par de raspones, un golpe y el daño de la cámara, misma que ya no pudo tomar una foto más.

Con una pierna y un brazo mojados continué la aventura con los alumnos. Faltaba ver las cascadas. Ya no estaban lejos. Después de la caída fueron alrededor de cinco minutos más caminando por el mismo tipo de senderos. Así fue que llegamos a la primera caída de agua.


Un poco más abajo en el camino, llegamos a la siguiente.


Después de esto fuimos al Pico del Águila. Regresamos por nuestros pasos y tomamos un camino ligeramente distinto que nos llevo a una parte plana de la zona. Después de esto empezamos a subir y subir hasta llegar a la punta del cerro. Pasaron alrededor de 30 minutos para finalizar nuestro recorrido. La vista desde aquel lugar es impresionante. A lo lejos se ven las comunidades aledañas.






Y esta, estimados lectores, es la anécdota correspondiente a esta quincena. Agradecemos su lectura y sus comentarios. Próximamente les informaré como va la recuperación de la cámara :p