domingo, 10 de noviembre de 2013

Reflexión: Cartas para quien pretende enseñar - Carta uno.

¿Cómo alguien que nunca se imaginó educando y formando adolescentes en un aula interpreta "Enseñar-Aprender" expuesto por Freire en su primera carta?
En principio es complicado el siquiera darle orden a las ideas y temo que al finalizar estos párrafos siga confundido, pero como la pregunta inicial lo presenta este servidor es alguien a quien la idea de ser un guía "matemático" nunca cruzó su mente, pero ahora que tiene la oportunidad de serlo se siente contagiado por la energía de estos personajes sobre quienes a la vez se intriga y siente comprometido, mismos quienes me permiten constatar que sé muy poco y lo poco que sé pretendo mostrárselos para que con ello puedan construir un conocimiento creativo y adictivo.

¿Por qué he comenzado esta reflexión con lo anterior?- porque en palabras de Freire: -Nadie escribe si no escribe y nadie nada si no nada, primero era necesario ubicar en este texto quién soy y que estoy haciendo y con ello permitir las ideas se clarifiquen en mi mente.
"En el mismo tiempo en el que el educador enseña el educando enseña al educador y ambos aprenden, la verdadera enseñanza se interrelaciona con el aprendizaje" Esta labor tan humilde de enseñar tiene como principio el estar consciente y abiertos que el conocimiento que poseemos es relativo y como siempre lo he dicho no sirve de nada si no se comparte, en palabras mías es: "Cuando mueras no te servirá de nada llevarte esa enciclopedia mental que solías poseer". Describo a esta labor como humilde debido a que no puede entenderse de otra manera más que ello, el saber que alguien dispone de su tiempo para escucharte y dejarse asesorar por ti y algún contenido que inclusive podrías convertir en mentiras es una gran responsabilidad y privilegio para aquellos quienes decidimos hacerlo.
Me sentí identificado con Freire al leer esta primera carta debido a que se sigue produciendo en mi una sensación muy grata cuando soy capaz de comprender la retroalimentación expuesta por mis educandos en clase, por la curiosidad que se nota en sus miradas y la habilidad que llegan a presentar sus mentes. Desafortunadamente las reacciones no son del todo grupales pero es notorio que existe la propagación de cierta "infección mental" entre ellos. Ese momento en que una simple pregunta que hace querer exponer un procedimiento más complejo y hacer un paréntesis en tu planeación para solo hablar del origen de un signo o número.
Nunca antes había sentido tanta afinidad por los números como la que este centenar y medio de jóvenes despierta en mí, al terminar cada clase me llevo algo más que cansancio y sonrisas, me quedo con una satisfacción muy egocéntrica sobre lo que me han permitido aprender relacionado a las matemáticas, y no solo en ellas pues de verdad: esta juventud serrana es de lo más interesante.

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