Hablar
sobre educación siempre resultará difícil debido a la cantidad de personajes y factores
que intervienen en ella, los actores principales parecen obvios ante la mayoría
de las personas: alumnos, maestros y tutores, quien suele ser señalado como
responsable cuando la educación toma matices negativos suelen ser siempre los
maestros, la sociedad suele olvidarse de
la importancia que tiene la educación en casa, del respeto hacia sus semejantes
que se debe inculcar a los niños/jóvenes por parte de sus padres, otros puntos
necesarios para tener una clase en armonía.
Este
supuesto “triangulo” educativo está lejos de ser verás pues existen otros
factores que aunque parecieran pequeños repercuten fuertemente en la educación,
estos factores dependen del contexto
social y pueden o no depender del
gobierno.
El
primer capitulo de este ensayo nos habla sobre la crisis en la educación y nos
permite reflexionar sobre aquellos factores que en parte olvidamos, no todo es
centrarse en reformas o cuando menos no todas van enfocadas a educación, ¿qué
ocurre con la seguridad, pobreza o trabajo prematuro?.
Como
alguna vez lo leí no puedes esperar que un niño te preste atención en clase
cuando este tiene hambre, no es posible esperar un aula repleta de niños
curiosos cuando su curiosidad se ve canalizada en empleos para ayudar a su
familia; referente a los niños que deben trabajar no siempre suele ser por
necesidad, algunas veces (las más tristes) es por mandato de sus padres, para
cubrir el dinero que ellos deberían ganar trabajando, y por supuesto existen
también casos donde los niños/jóvenes son “instrumentos” de explotación.
Regresando
a la seguridad y al tratar de ver reflejado el tema en la situación actual de
mi país recordando la entrevista hecha a un líder de las autodefensas en
Michoacan donde el dice que jóvenes de 16 años son hombres ya deben defender a
su Pueblo de los grupos delictivos, estos jóvenes no han tenido muchas opciones
si se tratase de evadir la realidad que viven.
Cuando
leí en este ensayo lo referente a teología (tópico difícil de abordar en la
sociedad mexicana) vino a mi mente la
conversación que tuve con uno de mis estudiantes que me manifestaba todas sus
ganas por seguir estudiando, por ser un licenciado y segundos después una auto
respuesta diciéndose: -Pero no puedo, ya me ha dicho mi pastor que si decido
estudiar la universidad debo abandonar la iglesia y yo me siento bien en ella.
Hubo una respuesta sutil a este comentario pues realmente no pretendí
incomodarlo (aunque si terminé incomodando a su pastor).
Como
comencé diciéndolo hablar de educación siempre resultará difícil pero es tarea
de todos comenzar a amortizar esta incomodidad, ¿cómo? Haciendo cada vez más lo
que nos toca, si somos docentes debemos hacer una buena labor, igualmente si
somos políticos, alumnos, padres, policías, etc.
Lo
sé querido lector: lo que acabo de expresar es todavía más difícil que
simplemente hablar de educación pero es mejor actuar que sólo quejarnos.
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