Freire toca un punto muy importante
cuando dice que: “por otro lado el
reconocer la existencia de las herencias culturales debe implicar el respeto
hacia ellas.”
A los maestros corresponde el papel de
resaltar la importancia de las herencias culturales de cada uno de los alumnos,
para que ellos se sientan orgullosos de sus raíces, de sus costumbres, de sus
prácticas culturales en general y no se pierdan con la llegada de la modernidad
a las comunidades.
Las clases que prepara un maestro
deben estar enfocadas a resaltar el contexto cultural de la comunidad, pero no
sólo se debe limitar a eso, sino que además debe enseñar a los alumnos a valorar
sus costumbres y tradiciones, a sentirse orgulloso de ellas.
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