domingo, 23 de noviembre de 2014

Rosa y espina: Práctica con estudiantes de segundo año.


Antes del desfile del 20 de noviembre tocó practicar a los estudiantes que están en segundo año de Telesecundaria. Esa vez por motivo oficial, la directora a cargo del grupo dejó de responsable a la jefa de los alumnos el orden y el registro de la participación, a otro compañero también lo asignó para dirigir las indicaciones y conteo de los ejercicios. Esta fue una de las primeras veces que sucedía, durante la práctica el alumno encargado del silbato reía con nerviosismo, algunas veces se notaba que sin saber exactamente lo que estaba realizando, pero animado. Luego en la actividad se cambió, por decisión compartida entre los compañeros, a otros para dirigir el conteo de las rutinas. Aproximadamente 6 alumnas solicitaron el silbato para dar las indicaciones, aunque algunas veces con buenos resultados, la mayoría de las repeticiones realizadas fueron tardadas y con ausencia de algún orden que sea estricto. De alguna manera estimularlos y recordarles que se tiene que estar constantemente trabajando fue parte de mi aportación, también en una ocasión me preguntaban sobre tomar este silbato, pero ellos lo estaban realizando, que continuaran haciéndolo era el fin. 


          Al terminar, ingresando al salón se les preguntó sobre las personas que estaban encargadas de la limpieza del aula ese día. La alumna quién contestó paso al frente al ver que le apuntaba con el plumón del pizarrón, esta tomó el control y comenzó a ponerse de acuerdo consultando con el grupo, quién estaba quieto y con atención, por un lado cansado de los ejercicios. También se estuvo tratando de llegar a una solución para las consecuencias que tendrían las personas que mostraron una conducta poco adecuada al ingresar al salón, que son apoyar con la limpieza.


La espina durante el ensayo fue el comportamiento, que estuvo lejos de ser uno excelente. Lo que me quedó con lo anterior fue constatar que las personas que en algún momento dado mostraron inquietud de mejorar el trabajo, fueron las dos que durante los ejercicios, en la siguiente vez que practicaron, llevaban la cuenta en voz alta al marchar, buena tarea por parte de ellas. Otro fue que las alumnas que tomaron por iniciativa propia el silbato para dirigir a los demás compañeros, son las estudiantes que también eligieron desde el primer día que ellas se colocarían en la parte alta de cada pirámide. El alumno que comenzó a dar las indicaciones, fue el único joven con interés en participar liderando, pero también es quién en su caso lleva la mochila de útiles más sencilla de todo el grupo, con esto como ejemplo, es quién valora más el colaborar o ser parte activa dentro de alguno. En la clase siguiente, se les recordó que en el día anterior y los pasados estaban trabajando bien, que continuarán así.






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