Rosa y espina: Práctica con estudiantes de segundo
año.
Antes del desfile del 20 de noviembre tocó practicar a los
estudiantes que están en segundo año de Telesecundaria. Esa vez por motivo
oficial, la directora a cargo del grupo dejó de responsable a la jefa de los
alumnos el orden y el registro de la participación, a otro compañero también lo
asignó para dirigir las indicaciones y conteo de los ejercicios. Esta fue una
de las primeras veces que sucedía, durante la práctica el alumno encargado del
silbato reía con nerviosismo, algunas veces se notaba que sin saber exactamente
lo que estaba realizando, pero animado. Luego en la actividad se cambió, por
decisión compartida entre los compañeros, a otros para dirigir el conteo de las
rutinas. Aproximadamente 6 alumnas solicitaron el silbato para dar las indicaciones,
aunque algunas veces con buenos resultados, la mayoría de las repeticiones
realizadas fueron tardadas y con ausencia de algún orden que sea estricto. De alguna
manera estimularlos y recordarles que se tiene que estar constantemente
trabajando fue parte de mi aportación, también en una ocasión me preguntaban
sobre tomar este silbato, pero ellos lo estaban realizando, que continuaran
haciéndolo era el fin.
Al terminar, ingresando al salón se les preguntó sobre las personas que estaban encargadas de la limpieza del aula ese día. La alumna quién contestó paso al frente al ver que le apuntaba con el plumón del pizarrón, esta tomó el control y comenzó a ponerse de acuerdo consultando con el grupo, quién estaba quieto y con atención, por un lado cansado de los ejercicios. También se estuvo tratando de llegar a una solución para las consecuencias que tendrían las personas que mostraron una conducta poco adecuada al ingresar al salón, que son apoyar con la limpieza.
Al terminar, ingresando al salón se les preguntó sobre las personas que estaban encargadas de la limpieza del aula ese día. La alumna quién contestó paso al frente al ver que le apuntaba con el plumón del pizarrón, esta tomó el control y comenzó a ponerse de acuerdo consultando con el grupo, quién estaba quieto y con atención, por un lado cansado de los ejercicios. También se estuvo tratando de llegar a una solución para las consecuencias que tendrían las personas que mostraron una conducta poco adecuada al ingresar al salón, que son apoyar con la limpieza.
La
espina durante el ensayo fue el comportamiento, que estuvo lejos de ser uno
excelente. Lo que me quedó con lo anterior fue constatar que las personas que
en algún momento dado mostraron inquietud de mejorar el trabajo, fueron las dos
que durante los ejercicios, en la siguiente vez que practicaron, llevaban la
cuenta en voz alta al marchar, buena tarea por parte de ellas. Otro fue que las
alumnas que tomaron por iniciativa propia el silbato para dirigir a los demás
compañeros, son las estudiantes que también eligieron desde el primer día que ellas
se colocarían en la parte alta de cada pirámide. El alumno que comenzó a dar
las indicaciones, fue el único joven con interés en participar liderando, pero
también es quién en su caso lleva la mochila de útiles más sencilla de todo el
grupo, con esto como ejemplo, es quién valora más el colaborar o ser parte
activa dentro de alguno. En la clase siguiente, se les recordó que en el día anterior y
los pasados estaban trabajando bien, que continuarán así.
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