miércoles, 29 de octubre de 2014

Nuestros estudiantes como agentes de su propio proceso de aprendizaje


Por: Ingrid Segura

La importancia de la educación radica en los niveles de bienestar social que ésta le otorga a un pueblo, de tal forma que una sociedad educada no mata a sus estudiantes, no viola a sus mujeres y no ultraja a sus niños, por tanto, cuestionarnos si vivimos o no en un mundo educado  –tristemente- está de más.
Ahora bien, si partimos de la idea de que el aprendizaje es un proceso de construcción y no de recepción valdría la pena preguntarnos ¿nuestros estudiantes están aprendiendo de manera efectiva? Y espero que al analizar la respuesta a esta cuestión no se sientan como yo la primera vez que me enfrente a ella.
De tal forma que, en un mundo en el que el conocimiento pierde vigencia de manera tan vertiginosa, no queda más que apostarle a las habilidades, enseñar a nuestros estudiantes a “aprender a aprender” es la fórmula más eficaz para lograr un mejor mundo.
No obstante, en algunos casos nuestros estudiantes son aun altamente dependientes de nosotros, dado que proceden de una tradición en la que su participación se reducía a ser meros receptores de sus conocimientos, si es que eso es posible.
Así, comparto con ustedes dos estrategias que hemos implementado en la Escuela Telesecundaria “Melchor Ocampo” con el fin de convertir en agentes de su conocimiento a nuestros estudiantes:

“Actividades de fomento a la Lectura y Escritura y Desarrollo del Razonamiento Matemático”
Nuestra alumna María de los Ángeles es la responsable de este proyecto, su labor consiste en designar los equipos y las fechas en las que sus compañeros asistirán a la primaria de la comunidad (Tzinacanepec, Tlatlauquitepec, Puebla), una vez constituido el equipo, se reúnen para leer y elegir qué cuento o fábula le leerán a sus compañeros de la primaria, posteriormente arman las pregunta de comprensión lectora y los problemas de mate –relacionados con el texto-, después se forman las comisiones y en colectivo designan quién se encargará de la presentación; de leer el cuento; de repartir el material; de hacer las preguntas de comprensión y plantear los problemas de mate; de monitorear el trabajo de escritura; de organizar la actividad lúdica; y, finalmente, de presentar el agradecimiento.


“La estrella PEM”
El PEM llega a clase con una estrella dorada pegada en pecho u hombros y escribe en el pizarrón o en un hoja la lista de actividades a realizar durante ese día, así en el momento en que él lo considere pertinente despega la estrella y se la pega a cualquier de los estudiantes, que, en ese momento se convierte en el moderador de la sesión.

Los estudiantes se han mostrado muy entusiasmados, incluso tienen ya un gafete de PEM que ellos mismos hicieron, además nos dejan tareas y es lindísimo ver que utilizan las rutinas de cultura de aula pese a no ser nosotros quienes estamos al frente.   



No hay comentarios:

Publicar un comentario