jueves, 30 de octubre de 2014

Rosa o espina, flor o fruto...

 Buen día.

Por principio de cuentas, quiero agradecer a nuestros lectores, por los minutos que se toman para leer nuestras publicaciones. Y, bueno, también aprovecho para pedirles dejar sus comentarios.

   El día de hoy quisiera compartirles un poco de la experiencia que he tenido en mis primeros meses (que ya casi suman tres) como PEM en telesecundaria, unos meses que empezaron mal, pero que han ido mejorando poco a poco.

   Las primeras semanas, al igual que mis compañeros, fui un agente extraño. Afortunadamente, al comparar la situación en la que estaba en la primera semana con la de la semana en curso, pueden notarse grandes cambios. En los primeros días, el ambiente con los profesores era un poco tenso y los alumnos apenas hablaban. Las clases... Las clases, por una u otra razón eran interrumpidas. Y, bueno, hubo un par más de situaciones complicadas en estos meses. Pero, como dije, afortunadamente ha habido grandes cambios. Esta es mi tercera semana impartiendo una de mis materias en  mi propio salón (un salón de la escuela, que tenía otra función como función principal). Gracias a esto, el entorno de la clase ha cambiado. Los alumnos se distraen menos y con ello, están más centrados en la clase. También, el ambiente con los profesores ha mejorado mucho, estoy más involucrado en los eventos de la escuela, la confianza que me tienen los alumnos ha crecido, la participación ha aumentado y algunos alumnos ya han empezado a pensar en un futuro diferente. Ahora puedo ver a un par de estos últimos durante el receso ya sea para preguntarme algo acerca de las clases, para contarme un poco más de ellos, para pedir algún consejo, para invitarme a jugar basquetbol o futbol con ellos, etc.

   Poco a poco me he estado involucrando más en la comunidad escolar, con un par de pequeños tropiezos de los cuales he aprendido cosas nuevas, como las situaciones que viven los alumnos y las dificultades que tienen para llegar cada día a la escuela. Con esto me queda clara una cosa: aún queda mucho por hacer. Involucrar más a los padres de familia es una de las metas a seguir. En las reuniones que ha habido hasta ahora persevera la ausencia de los mismos padres. Y como bien ha dicho mi director, la presencia de los padres en la educación de sus hijos es vital. Impulsarlos e incitarlos a cumplir sus metas y a no conformarse es un trabajo colectivo. Y bueno, es de mi agrado decir que en lo que se refiere a esto, esta semana ha surgió la iniciativa por parte de los mismos estudiantes para hacer visitas a sus padres. Así que próximamente les contaré qué rumbo tomaron las cosas.

Saludos.

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