Empezaré
esta aportación con la expresión “Los aprendizajes también dependen de las
emociones”
Supongo
que la mayoría de nosotros (recién iniciados en la ocupación de docentes) nos
hemos preguntado porque existen variaciones en el aprendizaje de los alumnos y
seguramente nos hemos explicado esas diferencias a través de indicadores como: la
gestión que existe en las escuelas donde colaboramos, la cantidad de libros de
consulta con que se cuenta, la infraestructura, el nivel sociocultural de las
familias etc.
Sin
embargo la variable de clima emocional en el aula es la que menos se considera
y que mejor explica las variaciones en el aprendizaje, entonces debemos
entender cómo funcionan las emociones en el aprendizaje, debemos considerar a
las emociones como mecanismos de acción (aprendizajes) y de interacción (pedagogía)
y como esto ocurre en un contexto o clima (aula de trabajo).
El
doctor Juan Casassus define el clima emocional en el aula como un concepto
formado por tres variables:
·
El tipo de vínculo entre el docente y el
alumno
·
El tipo de vínculo entre los alumnos
·
El clima que surge de esta doble vinculación
El concepto
vínculo se debe entender como la relación recurrente y con un grado alto de
profundidad entre el profesor y los alumnos, para lograr el vínculo se necesita
una conexión, esta debe ser una competencia del docente para hacer que su estudiante
sienta que es visto, escuchado y aceptado, sin juicio ni crítica por lo que es
como persona.
En
la conexión hay confianza y seguridad, el buen clima se basa en la presencia de
estos dos factores pero depende del grado de conexión, no debemos olvidar que
es el docente quien puede mediar y estimular un nivel de conexión adecuado para
que se propicie un clima emocional exitoso.
La aportación
de clima laboral fue concebida por Juan Casassus que es filósofo, Investigador,
sociólogo y educador. Fue especialista principal de la UNESCO para América
Latina y el Caribe de 1989 a 2013.
En verdad que las emociones son tan significativas, lo he visto incluso en un: BUENOS DÍAS que le brindas a un estudiante. Pequeños detalles hacen que ellos sientan que son importantes para ti y viceversa, esos detalles que ellos te brindan te hacen sentir un mejor maestro y buscas ser cada vez mejor. Recuerdo que en alguna ocasión llegué a clase tratando de disimular mi mal estado de ánimo, lo notaron tanto, que pararon la clase y me dijeron ¿en que la podemos ayudar? Algunos me querían hacer reír diciéndome: ¿a quien golpeamos? Otros me abrazaban. Fueron tantas emociones en un solo instante que dije ¿esto cambia algo? Y si así fue, porque te ven como un ser humano que también siente (por un momento dejas de ser sólo una persona que viene a enseñarles algo) y entonces ahora ellos también pueden demostrarte lo que sienten y eso es bueno porque cualquier emoción esta relacionada con lo que ocurrirá en el aula.
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