lunes, 10 de febrero de 2014

¿Será que los empiezo a estimar y ellos a mí?

Uno de los lemas con los que crecido y vivido dice: se pregona con el ejemplo. Hubo un par de días en sesiones extra de la mañana que llegué de 5 a 10 minutos tarde, al ilusamente creí que me lo pasarían por alto, fue más que obvio que no, para las sesiones posteriores, eran ellos los que llegaban de 5 a 10 minutos tarde, y yo, no pude exigir nada, sabía que esas acciones eran consecuencia de mis actos. Decidí empezar el semestre nuevo con el pie derecho, no sólo para sentirme con el derecho de exigirles, sino para mostrarles la importancia de aprovechar el tiempo. Confesándome un poco, lo que me ha convencido de terminar éstas reflexiones, han sido ellos, aunque ellos no lo vean, yo me siento mal e incongruente exigiéndoles entregar a tiempo los productos que les solicito y a la par siendo yo quien no hace lo que se le pide en tiempo y forma.
Cuando trabajo con mis estudiantes, ellos me dicen que hablo muy fuerte y que parece que siempre estoy enojada con ellos. Desde el principio les dije que primero les iba a pedir sus opiniones respecto a los detalles del desarrollo de la materia, pero que si no decían nada, sería yo quien concluiría las decisiones; al principio mi sesión era todo autoritarismo, y ahora, si bien no es una democracia total, al parecer intentan participar y expresar su opinión, eso es bastante logro para mí, y espero que sigan progresando, y claro, yo con ellos, dejándolos decidir.

La relación que se establece con las personas con las que se trabaja, suele irse forjando con el tiempo, he recordado que anteriormente, en el festejo de navidad mis estudiantes me invitaron, algo cohibidos y no muy convencidos, y ahora, para el festejo del 14 de febrero, su invitación ha sido muy abierta; y eso se refuerza cuando se acercan y platicamos respecto a temas de sus familias, situaciones escolares o de amigos; es grato poder decirles lo que pienso, cuando son ellos los que piden que lo haga y no solo como comúnmente se dice: darles el sermón de la montaña de siempre.

2 comentarios:

  1. ¿Sabes? Cuando mencionas que te sientes mal al exigirles a tus alumnos que entreguen productos a tiempo, lo cual es algo que no habías hecho, o en nuestro caso que "NO HABÍAMOS HECHO", me recuerda que somos el reflejo de nuestras acciones. Debemos pensar en lo que nosotros hacemos antes de exigirle algo o alguien más. En pocas palabras EXIGIMOS LO QUE NO SOMOS CAPACES DE DAR.

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  2. Si, es tan incongruente, siempre he dicho: no pidas lo que no das; porque igual y ellos no lo dicen, pero, lo piensan: ¿para que llego temprano si ella no llega temprano? ¿para que quiere que hable "bien" si ella habla con albures?; y una enorme lista más.

    Ilusos nosotros que creemos que no se dan cuenta, pero habrá un día, en el que alguno de ellos (eso espero de todo corazón) se atreva a decírnoslo en nuestras caras, para defenderse y defender su postura.

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